Padres, no tomen el proverbio bíblico “enseña al niño” como una promesa, asumiendo que, si hacen todo bien en su crianza, todo estará bien con sus hijos. Los proverbios son verdades generalizadas, no promesas específicas. Además, cuando consideramos el contexto general de la Biblia, vemos cuán contraproducente es tratar de enseñar a nuestros hijos a confiar en Dios, si lo que les demostramos es que confiamos en nuestras enseñanzas.
Pero aunque ponemos nuestra esperanza para nuestros hijos en Dios en lugar de nuestra enseñanza, reconocemos cuán seriamente este proverbio nos enseña a tomar la enseñanza a los niños, tanto hacia dónde los guiamos como cómo pastoreamos sus corazones. Y parte de este pastoreo y guía incluye el efecto de la cultura de una familia.
Un nuevo estudio de LifeWay Research encargado por LifeWay Kids entrevistó a 2.000 feligreses protestantes y no confesionales que asisten a la iglesia al menos una vez al mes y que tienen hijos de entre 18 y 30 años. El objetivo del proyecto era descubrir qué prácticas de crianza eran comunes en familias en las que los adultos jóvenes permanecían en la fe. ¿Qué afectó su desarrollo moral y espiritual? ¿Qué factores destacaron?
Podríamos haber esperado que el culto doméstico desempeñara un papel importante, o que fuera el simple hábito de comer juntos alrededor de la mesa. Se podría esperar que un estudiante de una escuela cristiana tenga más probabilidades de seguir a Jesús que un estudiante de una escuela pública. Todo el mundo tiene ideas sobre qué prácticas son formativas en los niños.
La investigación (compilada ahora en el nuevo libro “ Nada menos”) indicó que los niños que permanecieron fieles cuando se convirtieron en adultos jóvenes (identificándose como cristianos, compartiendo la fe, permaneciendo en la iglesia, leyendo la Biblia, etc.) crecieron en hogares en los que determinadas prácticas estaban presentes.
lectura de la biblia
El factor más importante es leer la Biblia. Los niños que leían la Biblia con regularidad mientras crecían tenían más probabilidades de tener una vida espiritual vibrante cuando se hicieran adultos. Esta estadística no me sorprende. La Palabra de Dios es poderosa. La Biblia presenta la gran historia de nuestro mundo y nos ayuda a interpretar nuestras vidas y tomar decisiones dentro del marco de una cosmovisión bíblica. Leer la Biblia es un recordatorio constante de que vivimos como seguidores de Dios. Nuestro Rey ha hablado. Él reina sobre nosotros. Queremos caminar en tus caminos.
Oración y Servicio
Otros dos factores siguen a continuación: la oración y el servicio religioso. La práctica de la oración no especificaba si era privada o corporativa, o si era antes de las comidas, antes de acostarse o por la mañana. Pero la oración estaba presente.
Tenga en cuenta que el factor relacionado con la iglesia tiene que ver con el servicio, no sólo con la asistencia. No se trataba sólo de que los padres llevaran a sus hijos a la iglesia (donde el “clero profesional” podía nutrirlos espiritualmente), sino que los niños eran incluidos e integrados en la iglesia a través de la práctica del servicio. El hábito de servir a otros en la iglesia y la comunidad probablemente formó a estos jóvenes adultos de una manera que les impidió identificarse simplemente como “consumidores” que asisten a la iglesia, sino como contribuyentes a la edificación del pueblo de Dios. Un poco más abajo en la lista estaban los viajes misioneros de la iglesia; Otro indicador del poder del servicio activo.
cantar canciones cristianas
Lo que podría sorprendernos es lo alto que ocupaba este factor en la lista: escuchar principalmente música cristiana. La música cristiana contemporánea es criticada hoy en día, a menudo por ser más inspiradora que teológica (aunque creo que este estereotipo no se aplica a toda la música). Aún así, no debemos descartar la verdad detrás de la antigua observación de Agustín de que cantamos la verdad que está en nuestro corazón. Cuando cantamos juntos como congregación y cuando alabamos a Dios solos o cantamos canciones que fortalecen nuestra fe, reforzamos la belleza de nuestra fe. (También vale la pena señalar el hallazgo más abajo en la lista, de que escuchar principalmente música secular era un indicador de que afectaba negativamente la vida espiritual).
Cultura, no programas
Durante décadas, muchos cristianos han asumido que ciertos programas de la iglesia son factores clave en el desarrollo espiritual de un niño: escuela bíblica de vacaciones, actividades de grupos de jóvenes, escuela dominical, etc. Pero el estudio muestra que estos programas tienen un impacto cuando están conectados con hábitos consistentes de oración, lectura de la Biblia, adoración y servicio. Lo que más importa es la cultura de la familia y la iglesia, y que integren a los niños y jóvenes en las disciplinas espirituales, no cómo se hace esto.
También es notable el impacto del ejemplo de los padres al leer las Escrituras, participar en proyectos de servicio, compartir su fe y pedir perdón después de pecar. En otras palabras, cuanto más arrepentido y gozoso se demuestre una vida cristiana, más probabilidades habrá de que los niños permanezcan en la fe.
El poder de la imitación y el medio ambiente
No se debe hacer un mal uso de la investigación de manera que convierta a los niños en pizarras en blanco. No existe una fórmula para ser un padre perfecto y, como mencioné anteriormente, nadie debe asumir que existe una fórmula o método infalible para producir el resultado de un hijo fiel. No sobreestimes tu propio poder. Es el Espíritu Santo quien salva, no nosotros.
Pero tampoco subestimes el poder del Espíritu para obrar en el ambiente que creas en tu hogar. “Nada menos” demuestra que hay poder en la fiel imitación cristiana. Es más probable que los niños se arrepientan y pidan perdón cuando ven a sus padres hacer esto y cuando han experimentado la gracia en las relaciones humanas. Es más probable que los niños anhelen un cristianismo fiel cuando ven el servicio gozoso como una virtud modelada en el hogar.
¿Qué tipo de cultura queremos tener en nuestros hogares e iglesias?
¿Qué espacio estamos creando para que nuestros hijos crezcan bien?
¿Cómo estamos arraigando a nuestras familias en la Palabra de Dios?
¿Cómo estamos modelando la oración y el arrepentimiento?
¿Cómo se ve la fidelidad en nuestros hogares?
¿Cuáles son las canciones que están en nuestro corazón y en nuestros labios?
¿Cómo estamos cumpliendo la Gran Comisión?
Hagamos estas preguntas y roguemos a Dios que obre en nosotros y a través de nosotros, para su gloria y para el bien de nuestras familias.
Traducido por João Pedro Cavani
Trevin Wax es director de publicaciones de The Gospel Project en LifeWay Christian Resources, esposo de Corina, padre de Timothy, Julia y David. Puedes seguirlo en Twitter.
fuente https://coalizaopeloevangelho.org/article/pais-fiquem-atentos-as-praticas-espirituais-comuns-criancas-que-se-tornam-adultos-fieis/