Cuando enfrentamos dificultades en nuestra vida, a menudo nos sentimos impotentes y solos. Sin embargo, la Biblia nos muestra que la intervención de Dios puede transformar cualquier situación de manera inmediata. Uno de los ejemplos más sorprendentes de esta verdad es la historia de Job, un hombre íntegro y temeroso de Dios, cuya vida fue trastornada por una serie de calamidades. El caminar de Job nos enseña que, independientemente de la gravedad de nuestras circunstancias, la presencia y el poder de Dios traen cambios radicales y restauradores.
La historia de Job comienza con una serie de desgracias que lo dejan sin bienes, hijos y salud (Job 1:13-19, 2:7). A pesar de su dolor, Job mantiene su fe en Dios y afirma: "El Señor dio, y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor" (Job 1:21). Esta declaración de fe demuestra su confianza en la soberanía y la bondad de Dios, incluso cuando no comprende el motivo de su sufrimiento. La fe de Job nos sirve de ejemplo a todos sobre la importancia de confiar en Dios en medio de los problemas (y los suyos eran muy graves).
Durante su sufrimiento, Job busca respuestas y consuelo en Dios. Cuestiona el motivo de sus aflicciones y discute con sus amigos sobre la justicia divina. Es en este contexto de angustia y búsqueda que Dios finalmente entra en esa situación desesperada, hablándole directamente a Job desde en medio de un torbellino (Job 38:1).
La presencia de Dios trae un cambio inmediato en la perspectiva de Job. Dios no ofrece explicaciones detalladas, sino que revela su majestad y sabiduría, lo que lleva a Job a reconocer su propia pequeñez frente a la grandeza divina (Job 42:1-6).
Esta intervención divina transforma la vida de Job de manera profunda. Al final del libro, vemos que Dios restaura la prosperidad de Job, dándole el doble de lo que tenía antes (Job 42:10). Además, Dios bendice a Job con una nueva familia y una vida larga y próspera (Job 42:12-17). Este resultado resalta que cuando Dios entra en la situación, no sólo sana y restaura, sino que también bendice abundantemente a quienes permanecen fieles a Él.
Charles Spurgeon dijo una vez: "Cuando confiamos en Dios en tiempos de sufrimiento, declaramos que Él es más valioso que cualquier bendición terrenal". La historia de Job apunta a esta verdad. Incluso sin comprender el motivo de su sufrimiento, Job confió en Dios, y esta confianza fue recompensada de manera extraordinaria. La intervención divina no sólo cambió la situación de Job, sino que también reafirmó la soberanía y la bondad de Dios en medio del sufrimiento humano.
En nuestra propia vida, podemos encontrar aliento en la historia de Job y en las promesas de la Palabra de Dios que afirman la intervención de Dios. Versículos como Romanos 8:28, que dice: "Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien", nos recuerdan que Dios está obrando activamente en nuestras vidas, incluso en las situaciones más difíciles. Cuando invitamos a Dios a nuestras situaciones, podemos confiar en que Él traerá cambio, sanación y restauración a medida que Su presencia transforma todo.
Cuando el Padre entra en la situación, el cambio es inmediato. La historia de Job nos muestra que la intervención del Señor puede transformar el dolor más profundo en nueva esperanza y bendición. A medida que mantenemos nuestra fe y confianza en Dios, podemos experimentar Su poderosa intervención en nuestras vidas, trayendo restauración y abundancia, tal como lo hizo con Job.
¡El Padre os ama!
Darci Lourenção es psicóloga, pastora, coach, escritora y conferencista. Fue Decana y Profesora de Consejería Cristiana. Autor de los libros “En la intimidad hay curación”, “La ecuación del amor”, “Vivir sin compulsión” y “Devocional Minha Família no Altar”.
fuente https://www.guiame.com.br/colunistas/darci-lourencao/quando-o-pai-entra-na-situacao-mudanca-e-imediata.html