El pastor Lasith (seudónimo) comenzó a predicar el evangelio en un pueblo del centro-norte de Sri Lanka en 2016. Ha alcanzado y discipulado a 15 familias cristianas y junto con ellas estableció una iglesia. Aunque la comunidad en general no ha aceptado la creciente presencia de seguidores de Jesús, el pastor y los cristianos locales continúan firmes en su fe a pesar de las dificultades.
Desde el principio, la iglesia ha tomado precauciones para evitar problemas con las autoridades, ya que son frecuentemente hostigados. "En varias ocasiones, los vecinos y la policía me amenazaron con golpearme cuando empecé a visitar el pueblo para predicar el evangelio", dijo el pastor.
El pueblo es muy pequeño y la población vive en condiciones precarias. Las casas son temporales, hechas solo con cuatro hojas de metal como paredes y techos de hojas de cocotero. El suelo es de tierra y usan esteras para dormir. No tienen acceso a agua potable ni electricidad, obteniendo el agua que necesitan de un lago cercano.
"Algunos de ellos no tienen trabajo fijo, algunos niños no asisten a la escuela y otros han perdido a sus padres. Nadie tiene casa propia; ni siquiera hay una con baño. No pude satisfacer todas sus necesidades, pero hice lo mejor que pude para predicar el evangelio y fortalecer su fe", explicó el pastor Lasith.
Las familias que han abrazado a Jesús son analfabetas, pero tienen una gran fe en Cristo y escuchan con atención la predicación de la palabra de Dios. El pastor visita el pueblo dos o tres veces por semana por un camino estrecho y precario para llevar a cabo los cultos.
En 2022, el pastor Lasith y los cristianos comenzaron a construir un pequeño salón para los cultos. Sin embargo, no tenían suficiente dinero para completar la construcción, y poco después un grupo radical de la comunidad atacó y demolió el lugar. Además de destruir la construcción, los cristianos fueron presionados para abandonar la región. La presión para que dejen el pueblo es constante.
A pesar de la persecución, ninguno ha renunciado a su fe en Jesús y siguen con la misma alegría que el día en que se convirtieron. Socios locales de Puertas Abiertas también han estado apoyando al pastor Lasith para continuar su ministerio. "El primer paso fue distribuir lámparas recargables con energía solar a las familias. También hemos ayudado al pastor a organizar estudios bíblicos en la región", dijo un socio local.
El pastor compartió cómo las lámparas han impactado a la comunidad, incluso a dos familias budistas que también fueron beneficiadas. "Todos quedaron muy agradecidos. Antes, muchos se oponían a los cultos religiosos, pero desde que recibieron las lámparas, no han dejado de asistir", dijo el pastor Lasith. El trabajo de los socios locales con el pastor y los cristianos perseguidos continúa y necesitan oraciones para que más personas sean alcanzadas por el amor de Jesús.
fuente https://puertasabiertasal.org/cristianos-perseguidos-noticias/iglesia-es-demolida-por-radicales-en-sri-lanka